Me habla Neruda con la música vintage de Lana, escucho vida y pestañeo el compartir. Sin golpes en las puertas, sin obedecer al ciego, sin temer los pasos pesados. Vivo en la esquina de mi propia alma, exitada por los cielos rojos y las lunas azules. Esta vez no voy a liar las palabras ni hilar las cortinas, esta vez abriré la puerta que da a un ventanal...
Y reitero, por si no has podido leer entre líneas: los ciclones tienen tal nombre por su movimiento, porque sino : "¿ cómo se llaman los ciclones cuando no tienen movimiento?"
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