martes, 18 de septiembre de 2012

noches que viven de día


Las vivencias que son como leones que sonríen a paredes sin pintar, sin distinguir el sol de las nubes y la cerveza del whiskys, sin listas y con música. nada es ajeno cuando el alma te duele por el lado derecho y te escuece por el izquierdo, la juventud de una mirada en lagunas, el abrazo efímero de la ausencia.Aquí estoy  aplicando la motivación de unas calles sin fin, de unos lugres sin nombres pero con entidades pertinentes y las músicas sonantes.

La historia que se escribe con velas y sin motivos aparentes, manos cortadas ante hielos descongelados esperando siglos de eternidad, la rabia que contiene cada tabaco sin nicotina, la pasión que se conserva en el anochecer.... el programa que no soluciona el desencaje de la derrota, el grito que espera una respuesta común para calmar el mar que se quema sin llamas.
La rabia de una potencia en llamas sin querer tener razones teniéndolas todas en tu tablero, querer quemar el amanecer a mordiscos de razonamientos, de maneras habituales, sabiendo que ya las pupilas palpitan por ubicaciones inesperadas.
Rascarte el alma sabiendo que te la rasgas a pedazos, desde siempre me han gustado las manos que exploran las vidas ajenas sin etiquetas, sin publicaciones redactadas en libros antiguos.
A días de llegar el otoño y a estas horas colocadas que no descolocadas, ubico mi corazón en paredes escaladas y con senderos.

Complejidades de huellas, idas y venidas que cuentan todo sin tener que hablar, volver sin haber llegado, taparme bajo las cervezas con espuma y los aeropuertos enredados de pasajeros que viven sobre una butaca de cristal.

sábado, 1 de septiembre de 2012

63 segundos


63 segundos pasaron y me tocaste como aquel violín. El amor a un invierno de guantes de puntos blancos y rojos. El edredón espera en el armario con las hojas que no pude escribir y que ahora se gastan como noches de ron y poesía. Las gafas sobre la mesa esperándote, la estación de verano rozando el otoño, los aeropuertos llenos y vacíos sin ti. La chica de la pluma y la cerveza y esta piñata de sensaciones que tienen como motor la música de la vida puesta en los cajones ajenos.
No hay plumas de un solo color, ni caminos rectos, hay curvas y fusión de colores, hay piñatas de sensaciones en mañanas soleadas y música para sordos.

63 segundos de asentamiento para respirar y no creer en la certeza de nada, subir la cabeza con la coleta bien alta, dándole bofetadas al mundo para que los sueños que se nos meten bajo las piernas avancen lento pero bien y todo eso en 63 segundos.