Me habla Neruda con la música vintage de Lana, escucho vida y pestañeo el compartir. Sin golpes en las puertas, sin obedecer al ciego, sin temer los pasos pesados. Vivo en la esquina de mi propia alma, exitada por los cielos rojos y las lunas azules. Esta vez no voy a liar las palabras ni hilar las cortinas, esta vez abriré la puerta que da a un ventanal...
Y reitero, por si no has podido leer entre líneas: los ciclones tienen tal nombre por su movimiento, porque sino : "¿ cómo se llaman los ciclones cuando no tienen movimiento?"
lunes, 25 de marzo de 2013
lunes, 18 de marzo de 2013
Instintos azules
Y eso que te cogen por detrás sabiendo que te llevan hacia delante, y eso de que no te preguntan nada porque con las manos te embaucan en las mejores respuestas.
El café cada mañana más caliente guarda en el todas estas ganas, todo este karma con sed que dejaste en mi, sin mandar la pelota a extra radios, sin adelantarme a jugadas, sin imaginar más allá porque a todo ello le ganan estas ganas de echar pulsos contigo, borrachos, en atardeceres canarios, insultando a la vida desde el coche...
Palabras dichas, sueños convertidos en los besos de Platón, existe un arte poético en su perfume, no me pregunten cuál porque aún voy descifrando el cuándo. Ese ron del después sin aún haber puesto el hielo en copas compartidas.
La clandestinidad de los sueños sin haber sido rotos aún, la predisposición ante esta vida coja y con muchos corazones girando al compás del descontrol, pero todos persiguiendo un equilibrio polar. Como un continuo renacer, como el héroe y su continua aventura, como las alegrías paradisíacas en bikinis de rayas, así se encuentran mis ganas, no olvidando lo que viví cuando no vivía bien, sino pasando página de libros que me traen vivencias desprogramadas y presionadas.
Un rumor en el aire, una taberna y una intensidad sin cuentakilómetros. Como esos proverbios abandonados que vuelven a uno cuando menos lo esperábamos, como esas canciones que vuelven a cobrar sentido y nos hacen balbucear sueños...
El café cada mañana más caliente guarda en el todas estas ganas, todo este karma con sed que dejaste en mi, sin mandar la pelota a extra radios, sin adelantarme a jugadas, sin imaginar más allá porque a todo ello le ganan estas ganas de echar pulsos contigo, borrachos, en atardeceres canarios, insultando a la vida desde el coche...
Palabras dichas, sueños convertidos en los besos de Platón, existe un arte poético en su perfume, no me pregunten cuál porque aún voy descifrando el cuándo. Ese ron del después sin aún haber puesto el hielo en copas compartidas.
La clandestinidad de los sueños sin haber sido rotos aún, la predisposición ante esta vida coja y con muchos corazones girando al compás del descontrol, pero todos persiguiendo un equilibrio polar. Como un continuo renacer, como el héroe y su continua aventura, como las alegrías paradisíacas en bikinis de rayas, así se encuentran mis ganas, no olvidando lo que viví cuando no vivía bien, sino pasando página de libros que me traen vivencias desprogramadas y presionadas.
Un rumor en el aire, una taberna y una intensidad sin cuentakilómetros. Como esos proverbios abandonados que vuelven a uno cuando menos lo esperábamos, como esas canciones que vuelven a cobrar sentido y nos hacen balbucear sueños...
miércoles, 13 de marzo de 2013
Una vida en globo, una vida en rojo
No quiero que me protejan de los daños ni de los años, nací en un Febrero atípico por ser de isla y hay días que el espejo me tira historias a la cara y yo me río y le digo : ¡ cariño la distancia es un estado mental !
Esos fin de semanas que dan el comienzo a tu vida, nada de dramas, nada de exageraciones en estas novelas del alma, solo hablo de sencillez, de fotografías, de cartas, que cada uno le de la intención que quiera según el nivel de intensidad en el que viva.
No quiero perderme entre objetos que se guardan en cajas de aeropuertos, pero si quiero ser un aeropuerto, una terminal de tu corazón... Pasó la navidad y un verano existencial, pasó esa pesadilla horrible y seguimos vivos, qué éxtasis saber que el gris no puede con estos corazones de versos. Y qué pase Abril sin aún haber llegado, para que la primavera haga contigo lo que la distancia hace conmigo ¡alzarme! ¡dolerme! ¡no ganarme!
No quiero hablar sin sentirlo, y te escuché con una mirada, con estas dioptrías de más y no quiero sin más analizar este echar de menos queriendo echar de más. Jugamos a crecer juntos, a compartir igual pero desnudando las bocas, sin querer conocer el futuro ¡esta vez vamos a dejarnos de mañanas, de planes de cuándo sin el dónde ! Hay quien es gato, hay quien es polar, hay quien solo quiere estirar el tiempo para volver amar...
Y llámame necia y loca a la vez, y llámame casualidad mientras me tiras del pelo y me esperas en una estación, llámame azar y tímida, pero llámame... No voy a prestar atención a estas bromas del destino, mejor aún me las voy a tomar con ron, y entre hueco y hueco nos las nos emborracharemos juntos y sobretodo nos llamaremos como si los ojos estuvieran cerca aunque estén lejos.
Conociste mis chillidos entre confesiones de tardes normales, y ¡de repente! me equilibraste en este fondo de armario tan atlántico, tan real y fuiste cortando con cristal la presión, las etiquetas, y pusiste en mi el miedo, pero esta vez lejos muy lejos...Y volvió mi suspiro, mi droga sin adulterar, las guerras civiles con caras juveniles, y volvió yéndose, volvió gritándome, como si se fuera pero entrando, como si luchara pero a la vez se recompusiera, y me llamó huida cuando ya no le quedaba casi tiempo, y me llamó y me sentí de nuevo compuesta.
martes, 5 de marzo de 2013
Tormentas que dan fiebre
Tienes delante al cristal lluvioso que dibuja con su sonrisa la palabra distancia, tienes delante mil capacidades para explotar pero sin embargo te llenas de corriente y temes doblarte como las palmeras del temporal.
El agua que se mueve después de retraerse trae consigo restos de marea no sana, trae lo que lleva el fondo del mar y eso te hace estar en una noria giratoria, que como le dije a una amiga el otro día, te lleva a ver a toda la ciudad en llamas y a ti ni te importa.
Esa parte mística que aparece cuando menos la mereces, cuando menos flotas y cuando más te salvan.
Aparecen de repente cuerpos interiores en forma de exterior, en formas de abrazos en volandas en una estación, aparece un fondo del mar esta vez momentáneo pero sin algas.
Giro ante la imagen de pensamientos, ante las posibilidades imposibles y ante la aceptación de negaciones que quizás a la larga sean las que nos hagan sostener a corazones doblados. El universo se retrae cuando enciendes tus cigarrillos robados, lanzas locura con tu caminar y eso no le hace daño a nadie. El equilibrio necesario para sentirte disuelta entre el desorden, que no el caos, desconocemos si al disolvernos nos volvemos a recrear. Y me parece que pienso al estilo vintage, maletas a lo largo del cerebro y luces bohemias en los ojos, me parece que cree nuevos colores en la paleta del blanco y negro, me parece que me equivoque sin haberlo hecho.
No es hora de dar explicaciones, sino de dedicar ese poco tiempo libre que queda a sentarme en el firmamento e imaginar esa paz que me produjo sentirme la boca más radiante de todo el cielo. Algún día el invierno se irá y las chimeneas seguirán encendidas para idear juntos el plan de llenar toda una isla de nieve. El sonido remoto de la distancia atraviesa el ratio de mi piel, escúchame bien que hablo bajito cuando la fantasía brilla por exceso, escúchame de forma aprisionada cuando las barcas de tu puerto no te lleven a mi retiro espiritual, yo, aquí estaré, fluyendo como los ríos cargada de flores que me dan alergia, ya que la alegría mejor me la das tú entre la timidez de la nostalgia y la melancolía que se desliza entre la luna, que al fin y al cabo es la misma para todos los que no somos altos.
Un alfabeto corto entre las huellas del pasar volando, que la historia que soñé la evaporé con el sentimiento improbable de que pudiera pertenecer a un plural erróneo, seguiré creyendo en historias donde no existen tripulantes sin amantes, seguiré creyendo en las personas con nombres rojos, y así me subiré abordo al menos unas 63 veces de tu proverbio añejo, que me dejo la boca llena de vino , llena de preguntas con trampas , esta vez sin el cartón. Sonámbula permaneceré entre los mensajes que descifre en brazos que me alzaron al karma profundo, esos mismos que viven con la experiencia persistente de ver a niños siendo ladrones y a ladrones jugando a ser niños, parecía que desaparecían, pero una vez más la sequía quedará helada, haciéndonos recordar que las estaciones son algo excesivas.
El agua que se mueve después de retraerse trae consigo restos de marea no sana, trae lo que lleva el fondo del mar y eso te hace estar en una noria giratoria, que como le dije a una amiga el otro día, te lleva a ver a toda la ciudad en llamas y a ti ni te importa.
Esa parte mística que aparece cuando menos la mereces, cuando menos flotas y cuando más te salvan.
Aparecen de repente cuerpos interiores en forma de exterior, en formas de abrazos en volandas en una estación, aparece un fondo del mar esta vez momentáneo pero sin algas.
Giro ante la imagen de pensamientos, ante las posibilidades imposibles y ante la aceptación de negaciones que quizás a la larga sean las que nos hagan sostener a corazones doblados. El universo se retrae cuando enciendes tus cigarrillos robados, lanzas locura con tu caminar y eso no le hace daño a nadie. El equilibrio necesario para sentirte disuelta entre el desorden, que no el caos, desconocemos si al disolvernos nos volvemos a recrear. Y me parece que pienso al estilo vintage, maletas a lo largo del cerebro y luces bohemias en los ojos, me parece que cree nuevos colores en la paleta del blanco y negro, me parece que me equivoque sin haberlo hecho.
No es hora de dar explicaciones, sino de dedicar ese poco tiempo libre que queda a sentarme en el firmamento e imaginar esa paz que me produjo sentirme la boca más radiante de todo el cielo. Algún día el invierno se irá y las chimeneas seguirán encendidas para idear juntos el plan de llenar toda una isla de nieve. El sonido remoto de la distancia atraviesa el ratio de mi piel, escúchame bien que hablo bajito cuando la fantasía brilla por exceso, escúchame de forma aprisionada cuando las barcas de tu puerto no te lleven a mi retiro espiritual, yo, aquí estaré, fluyendo como los ríos cargada de flores que me dan alergia, ya que la alegría mejor me la das tú entre la timidez de la nostalgia y la melancolía que se desliza entre la luna, que al fin y al cabo es la misma para todos los que no somos altos.
Un alfabeto corto entre las huellas del pasar volando, que la historia que soñé la evaporé con el sentimiento improbable de que pudiera pertenecer a un plural erróneo, seguiré creyendo en historias donde no existen tripulantes sin amantes, seguiré creyendo en las personas con nombres rojos, y así me subiré abordo al menos unas 63 veces de tu proverbio añejo, que me dejo la boca llena de vino , llena de preguntas con trampas , esta vez sin el cartón. Sonámbula permaneceré entre los mensajes que descifre en brazos que me alzaron al karma profundo, esos mismos que viven con la experiencia persistente de ver a niños siendo ladrones y a ladrones jugando a ser niños, parecía que desaparecían, pero una vez más la sequía quedará helada, haciéndonos recordar que las estaciones son algo excesivas.
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