miércoles, 11 de julio de 2012

Ventanas comunes, escenas complejas


Se asomó a la ventana y el corazón con salitre saltó, las cervezas demás y los dedos melancólicos no se salvaron del ocaso frustrado.
Ella observó que sus puntos cardinales habían crecido, Barcelona a lo lejos la vio luchar contra una distancia que se quedaba corta en versos. Se aficionó a tirar por la ventana la nostalgia en forma de flores, en forma de música, en forma de baile para seguir sonriendo ante una sociedad decadente.

El invierno anclaba los barcos, en océanos diferentes, el sudor era frío como el témpano de fondo. Se paraba el tiempo en experiencias con vaivenes, pero siempre allá el salitre y el mar tan anhelados, ellos eran recordados antes de equiparse con bufandas y abrigos llenos de vino. En la vista previa se observa a una chica, que dista de alturas infinitas, caminando siempre calle abajo apurando el paso entre el vaivén de sus zapatos.
Los cristales de la ventana a veces retumbaban tanto como su corazón tejido de muchas mano, ella podía decir que su vida era vida allá, acá o en el lloro de las noches, porque su vida podía ser cantada en un cigarro de media noche o en un aeropuerto con acento. Guardaba la ubicación de su corazón bajo madera, aquella que su abuelo le enseñó a oler, a recordar...

Vino de cartón tras ventanas de memoria, guitarras y pliegues de alma que apuran los boca a boca. Cantando poesía que se fuga en un hoy desconocido, viento que riza mi desafine del alma, gotas que no bajan pero se escuchan como los solos de voz callada. La tormenta cuenta esta historia que regresa cuando el mar la llama, cuando el ahora actúa sobre el futuro incierto. Una ventana al mar que explica sin detalles todo lo que en secreto se contó de tú a tú, de locura a locura.

Parpadea el rojo de mi voz, el marrón de mis ojos y los lunares de mi cuerpo, suena a lo lejos tu voz tras esta ventana que te observa mientras las sábanas se calientan contando cuentos que salen del vientre.
La cordura seca,moja en locura todo lo que mis ventanas tiemblan.

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