Y las lágrimas de vidrios punzan la barriga llena de cerveza mientras el aire frena para dar paso a un verano de vaguedades del alma.
Y vuelves a cerrar los ojos y vuelves a volar mientras el si sobrevalora al no, mientras la razón es juzgada por tu desmedida esencia salvaje. Al fondo de la habitación tus pasos aniñados hacen de tus fotografías monumentos apoteósicos llenos de hormonas y misterios. Me das la mano en una noche donde el agua sube en vez de bajar, donde el cielo se parte en 4 con tus 10 dedos llenos de amor no regalado, me pierdo en ti sin tu saberlo...
Ven, ven, susurraste con melodías del alma mientras yo te contestaba con un: ¡demos la vuelta a París por el oeste!. Volvimos a ver auroras boreales desde la barrera de un corazón programado para emocionarse, programado para acariciar sonidos de experiencias compartidas.
Ven, ven, volviste a susurrar, a lo que yo te respondí con una balada y un café mientras te tocabas el cuello con tus estímulos estrafalarios...