sábado, 12 de noviembre de 2011
subrayando algunas cosas
Que a veces pensamos en algo que nos dolio o en épocas que no nos sentíamos al compás con los tatuajes de nuestra piel, dicen cosas como que el agua pasada es agua pasada, pero que esas cosas que nos hacen mover nuestro mundo no son agua que pasa y se va, sino agua brillante que no nos hace tener sed. Y que esas cosas que parecen envaucarse con el aire, hay quien cree que no vuelven de la misma manera, pero no estoy de acuerdo, cuando menos te lo esperas vuelven, vuelven los llantos por emoción del alma. Y no hablo de relaciones de amor efímeras, ni de vaivenes de mis pies, sino del olor de una piel, la emoción de una canción, o los recuerdos de un bolígrafo que reina nuestro lapicero. Es cuando no entendemos la palabra poco pero a la vez nos basta, nos basta ...
Es como cuando te montas en el avión y sientes que no es la garganta lo que se te encoge sino el corazón al dejar bajo tus pies vibraciones de amor, pero es saber que vuelas hacia tu futuro, ese tan incierto que nos ayudan a labrar algunos, esos que se sacrifican por nuestro presente para que seamos.
Que los años son un encanto para nuestros recuerdos llenos de melancolía, que nuestro espectáculo de mariposas fueron shows irrepetibles, y que amo la ilusión con la que vuelan mis mariposas. No me considero un náufrago a la deriva de barcos llenos de salvadores sino un barco lleno de vida para repartir en la deriva. Y que me repito con mis "ies" pero es que sin ellas no puedo seguir sumando, y seguir preguntando y respondiendome en la misma ...
El afán de amar sin saberlo casi, sin ser conscientes de ello pero cuando lo analizas es ver que el dar amor, el dar nuestra mano llena de cicatricez es inherente a nosotros, revolcándonos en uniones cargadas de valores, esperando siempre ese abrazo que calma la distancia, ese sonido que hace que nos sintamos viejos en comparación con el ayer, pero saber que del ayer aprendidmos a amar así, a tocar la guitarra de nuestros distintos peinados, y a mirarnos en el espejo con una mirada llena de vivencias, las cuales no cambiaría, porque en mi vida hay muchas lunas dependiendo el mes, dependiendo los astros, hay Lunas que me saben a lunes de Invierno con sabor a hojas de la primavera, rico sabores que desgusto con gusto, mirando fotos, leyendo cartas, mirando la ropa vieja, esperando a que llueva para acariciar nuestra parte melancólica, recordar aquel libro cargado de cuentos reales, y ver que estamos rodeados de lo que forma nuestra experiencia, de lo que nos da de comer sin tener que dar dinero, de ver mirando y de sonreir riendo.
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