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Hay personas que solo pertenecen a ellas mismas me dije hace dos noches, hay caprichos de la vida en forma de nichos, y no me vengáis con que la escritura como desahogue es una manguera dramática de soltarlo todo a presión, porque no. Hay quien prefiere hurgar en yagas que no habían sido creadas con actos, otros prefieren tomar el control de barcos para llevarlos a islas imaginarias y ahí ahogarlos con fuego, porque esa es otra, el fuego ahoga cuando no quema.
Te voy a soltar como el pelo rubio que a veces cojo de cuerda, te voy a soltar como todo lo que se suelta en el aire y sin avisar, te voy a soltar como quien arroja un desierto en un océano, sin hacer daño, como tú me soltaste cariño.
La era de las posturas encontradas, la era del ego y las defensas bajas, la era del 'eso era lo que éramos', y otras formas de errar. He sido lo que he sentido, con la cabeza alta y baja tras las sábanas, he sido en conjunto y en disyuntivo, he sido infinita pero sin dudas, y con la boca bien cerrada te digo que he sido una curva accidentada que ha recuperado 7 vidas, sin arañar, con viento y comprensiva, he ahí el problema del miedo, querer comprender lo que ya se fue, pero gracias que el golpe no avisa y que terminas por entender que la comprensión no cura, que la empatía puede terminar por caerte mal y que al viento marítimo no lo mete nadie en vereda, ni quiero.
No me avergüenzo de reconocer que fui una ciega ante el pánico, ni que caí antes que el caos, pero me levanto antes que el amanecer sin exigirle a ningún alma que me acune al anochecer, porque primero hay que mecer a los últimos días, que son los que sangran y sonríen a la vez. Rezarle a los prólogos de mi vida imaginaria, que no por ella inferior, explotar para dentro de amor y sacarlo en forma de ballet ruso, sin víctimas sin aire de por medio.
La altanería, las continuas exigencias de quien no es capaz ni de sonreírle al aire, el tono pedante de quien no anda, las malas miradas del envidioso, la soberbia de quien habla de más en los bares del silencio, los sucios prejuicios del incrédulo y los focos apuntando como balas a todo aquel que no piensa como vosotros, basta ya de tanto cuchillo en forma de cuchara que corta la lengua, dejaros llevar, caer si es necesario, pero no me vendáis vuestra comprensión hacia quien quiere tenerlo todo bajo control, con una regla y una escuadra en el bolsillo triangular de su vacío, ni hacia los de arriba que nos aprietan para asustarnos creyendo que hay alguien aquí abajo, llamándonos clase media sin saber por qué muerto lloramos o por qué vivo reímos:
Comprensiva
y también herida,
por haberte tenido pero ya no,
pero feliz de haber sido,
que no siendo sin más.
La república de mi plaza interior te despide,
sin incentivos ni olvidos,
como una madre en un aeropuerto,
como un compañero que flota en el cielo,
fuimos el viernes perfecto
y el jueves universitario que termina demasiado borracho,
no pasa nada,
compraré flores
y me haré coletas altas,
ya sabes
como lo que quisiera ser pero sin querer.
Sin ser travesía voy a atreverme
a cruzar la llama de este viento,
muerde fuerte,
pido paso,
sigue siendo enigma pero no conmigo,
ten hambre pero no de mi,
yo lo lloro a solas,
con la corriente debajo de mi cama,
me has sacado la tormenta al escenario,
¡te dedico la función, bajo el telón!
Te voy a soltar como el pelo rubio que a veces cojo de cuerda, te voy a soltar como todo lo que se suelta en el aire y sin avisar, te voy a soltar como quien arroja un desierto en un océano, sin hacer daño, como tú me soltaste cariño.
La era de las posturas encontradas, la era del ego y las defensas bajas, la era del 'eso era lo que éramos', y otras formas de errar. He sido lo que he sentido, con la cabeza alta y baja tras las sábanas, he sido en conjunto y en disyuntivo, he sido infinita pero sin dudas, y con la boca bien cerrada te digo que he sido una curva accidentada que ha recuperado 7 vidas, sin arañar, con viento y comprensiva, he ahí el problema del miedo, querer comprender lo que ya se fue, pero gracias que el golpe no avisa y que terminas por entender que la comprensión no cura, que la empatía puede terminar por caerte mal y que al viento marítimo no lo mete nadie en vereda, ni quiero.
No me avergüenzo de reconocer que fui una ciega ante el pánico, ni que caí antes que el caos, pero me levanto antes que el amanecer sin exigirle a ningún alma que me acune al anochecer, porque primero hay que mecer a los últimos días, que son los que sangran y sonríen a la vez. Rezarle a los prólogos de mi vida imaginaria, que no por ella inferior, explotar para dentro de amor y sacarlo en forma de ballet ruso, sin víctimas sin aire de por medio.
La altanería, las continuas exigencias de quien no es capaz ni de sonreírle al aire, el tono pedante de quien no anda, las malas miradas del envidioso, la soberbia de quien habla de más en los bares del silencio, los sucios prejuicios del incrédulo y los focos apuntando como balas a todo aquel que no piensa como vosotros, basta ya de tanto cuchillo en forma de cuchara que corta la lengua, dejaros llevar, caer si es necesario, pero no me vendáis vuestra comprensión hacia quien quiere tenerlo todo bajo control, con una regla y una escuadra en el bolsillo triangular de su vacío, ni hacia los de arriba que nos aprietan para asustarnos creyendo que hay alguien aquí abajo, llamándonos clase media sin saber por qué muerto lloramos o por qué vivo reímos:
Comprensiva
y también herida,
por haberte tenido pero ya no,
pero feliz de haber sido,
que no siendo sin más.
La república de mi plaza interior te despide,
sin incentivos ni olvidos,
como una madre en un aeropuerto,
como un compañero que flota en el cielo,
fuimos el viernes perfecto
y el jueves universitario que termina demasiado borracho,
no pasa nada,
compraré flores
y me haré coletas altas,
ya sabes
como lo que quisiera ser pero sin querer.
Sin ser travesía voy a atreverme
a cruzar la llama de este viento,
muerde fuerte,
pido paso,
sigue siendo enigma pero no conmigo,
ten hambre pero no de mi,
yo lo lloro a solas,
con la corriente debajo de mi cama,
me has sacado la tormenta al escenario,
¡te dedico la función, bajo el telón!